Ofrenda floral a Santa María Magdalena en la clausura del centenario de los Enlutados

Participantes de las tres cofradías con el sacerdote Francisco Salvador en la ofrenda floral a Santa María Magdalena

Las hermandades vinculadas a la advocación de la santa realizaron ofrendas florales en San Francisco y Guadalupe como colofón a los actos del centenario.

En una jornada cargada de emoción, fe y simbolismo, las hermandades de Baena que tienen por titular a Santa María Magdalena han realizado sus tradicionales ofrendas florales, coincidiendo con el acto final del centenario de la fundación de la Única Cuadrilla de Judíos Arrepentidos «Enlutados».

Ofrendas en dos templos históricos

El tributo comenzó en la iglesia conventual de San Francisco, donde una representación de las hermandades se congregó a las nueve de la mañana ante la imagen de Santa María Magdalena para depositar flores y elevar plegarias. Un acto íntimo, pero de gran calado emocional, que dio inicio a la jornada con recogimiento y solemnidad y que ha contado con el párroco de la citada iglesia, Francisco salvador Flores Hidalgo

Más tarde, en las ofrendas y al concluir la eucaristía de clausura celebrada en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, se hizo un acto similar con las imágenes de las santas del viernes noche y del domingo de resurrección ubicadas en este segundo templo, donde se repitieron los gestos de devoción. Las flores —rosas, lirios, claveles y gladiolos— fueron depositadas como símbolo de amor, respeto y continuidad espiritual.

Una advocación común que une hermandades

Baena cuenta con varias cofradías que veneran a Santa María Magdalena en diferentes escenas de la Pasión: desde su presencia en el Calvario hasta su encuentro con Cristo Resucitado. Estas representaciones comparten el legado de la santa como símbolo de arrepentimiento, conversión y fidelidad, valores que dan sentido al origen de la Cuadrilla de los Enlutados.

“Hoy no sólo cerramos un centenario, hoy renovamos el vínculo de Baena con su patrona más penitente”, expresaba uno de los hermanos mayores presentes en el acto.

Un cierre con identidad y tradición

El acto floral puso el broche final a un centenario cargado de actividades, donde se ha conmemorado un siglo de historia de una de las cuadrillas más singulares de la Semana Santa baenense. La elección del 20 de julio, festividad de Santa María Magdalena, no ha sido casual: refleja la voluntad de unir historia, fe y tradición bajo el amparo de su figura.

La jornada concluyó con un mensaje claro: la devoción por Santa María Magdalena sigue viva y las hermandades de Baena continúan siendo custodios del patrimonio religioso, artístico y emocional de su pueblo

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