ARS Olea 2025. Miguel Ángel Torres en el momento de recibir el reconocimiento
La emoción y la humildad marcaron las palabras del alfarero granadino Miguel Ángel Torres Ferreras, nombrado Artesano de Honor en la 18ª edición de ARS Olea en Castro del Río. Un homenaje a una trayectoria dedicada al barro, a la belleza de lo hecho a mano y al compromiso con un oficio que, para él, “no es una reliquia del pasado, sino una esperanza para un futuro más humano y sostenible”.
Con una ovación sincera del público y el respeto de sus compañeros artesanos, Miguel Ángel Torres Ferreras recibió el reconocimiento como Artesano de Honor en ARS Olea 2025, una distinción que, según confesó, le conmueve profundamente.
“Recibo este nombramiento con una enorme emoción y gratitud. El honor, de verdad, es mío. Para mí, venir a Castro del Río es venir a casa, porque aquí se respira el mismo amor por el oficio, el mismo respeto por la materia y por las manos que la trabajan.”
Con palabras cálidas y agradecidas, Torres Ferreras dedicó el reconocimiento a todos los que mantienen viva la llama de la artesanía, destacando el papel de la Asociación de Artesanos de Castro del Río y del Ayuntamiento en la organización de un evento que, según dijo, es mucho más que una feria.
“Habéis conseguido que esta cita sea mucho más que una exposición de oficio. Es un encuentro humano, un espacio de enseñanza y de orgullo compartido. Me siento profundamente honrado de recibir este reconocimiento en un lugar donde se defiende la artesanía de calidad, la que nace del tiempo, del saber y del corazón.”
Miguel Ángel Torres defiende una visión profunda del arte artesano: una manera de vivir, de entender el mundo, de resistir a la prisa y al consumo rápido.
“Vivimos tiempos de velocidad, pero hoy más que nunca necesitamos una artesanía del futuro, que combine tradición e innovación, que cuide el entorno y recuerde que lo hecho con alma siempre perdura.”
Con humildad, concluyó su intervención recordando que la artesanía es vocación, alma y legado, “lo recibo con la misma humildad con la que sigo cada día dándole vueltas al barro, sabiendo que mientras haya manos que creen y corazones que valoren lo hecho a mano, la artesanía siempre, siempre, siempre seguirá viva.”
Miguel Ángel Torres Ferreras
Miguel Ángel Torres Ferreras agradeció el galardón y reivindicó el valor atemporal de la artesanía, el legado de los oficios y la necesidad de preservar, entre todos, lo hecho a mano con alma y con tiempo. Sin duda un merecido homenaje a un maestro del barro.
—¿Qué ha supuesto para usted este reconocimiento como Artesano de Honor?
“Que te reconozcan tus propios compañeros de oficio es tremendamente bueno. Me halaga mucho y me llena de satisfacción.”
—¿Cómo se enteró y qué pensó al principio?
“Cuando me lo dijeron, pregunté: ‘¿A mí? ¿Por qué?’ No lo entendía, hay tantos buenos artesanos… Pero me dieron una serie de explicaciones y me convencieron. Son amigos que me aprecian, pero aún, así, fue una sorpresa.”
—¿Qué es para usted ser artesano?
“Un artesano es una persona que hace lo que le gusta. La artesanía es vocacional. Si la haces forzado, no sale. Y si sale, no sale bien.”
—¿Se valora hoy el trabajo artesanal?
“Creo que cada vez se valora más. Afortunadamente, estamos viviendo un momento de mayor aprecio por lo hecho a mano. Nosotros mismos lo sentimos más: sabemos que hacemos algo diferente.”
—¿Qué mensaje daría a sus compañeros del oficio?
“Que trabajen con ilusión. Parece que la artesanía está en decadencia, pero yo creo lo contrario: tiene mucho futuro. Solo tenemos que creerlo, luchar por ello, porque hacemos lo que amamos. Y eso es un valor incalculable.”
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