La Fase I del plan de desescalada llega a las parroquias de la Diócesis

Los feligreses cumplen las medidas de seguridad e higiene para prevenir infecciones de Covid-19
Desde el pasado 11 de mayo, la provincia de Córdoba se encuentra en la fase I del plan de desescalada, lo que ha provocado un aumento en la afluencia de feligreses a las parroquias diocesanas. Durante la Fase 0 han sido muchas las parroquias que han decidido celebrar la eucaristía a puerta cerrada y retransmitirla a través de medios telemáticos.
Los sacerdotes diocesanos coinciden en el cumplimiento por parte de los feligreses de todas las medidas de higiene y seguridad. El uso de mascarillas, geles higienizantes, la distancia de seguridad y el aforo permitido se han convertido en una rutina aceptada tanto por sacerdotes como por fieles para evitar posibles infecciones por coronavirus. Indicar que los fieles están mostrando de sentirse seguros, acatando sin problema las normas dictadas en cada parroquia.
En situaciones como esta los fieles han sido conscientes de las necesidades de sus templos por lo que se han ofrecido voluntariamente al mantenimiento y desinfección de los mismos diariamente, además de hacer donativos para ayudar en las necesidades económicas de las parroquias para su buen funcionamiento y adaptación a las medidas de seguridad.
Están siendo momentos duros para todos, durante la Fase 0 han sido muchas las personas que han tenido que despedir a sus seres queridos en la más estricta intimidad, con la sola presencia del sacerdote y tres miembros de la familia. Los sacerdotes diocesanos han asegurado que han vivido situaciones complicadas pero que los fieles han colaborado en todo momento y han sido responsables y consecuentes con la situación actual que ha provocado esta pandemia mundial.
En lo que a labor pastoral se refiere, continúan suspendidas todas las actividades parroquiales, catequesis y reuniones se mantienen anuladas hasta que la situación mejore y puedan realizarse con todas las medidas necesarias para evitar cualquier contagio. Algunos sacerdotes se atreven a adelantar que el curso pastoral puede estar terminado y que será después de verano cuando se retomen dichas actividades, siempre con el cumplimiento de la ley y velando por la seguridad de la feligresía.

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