Felipe Núñez de Prado: «La campaña de recogida de aceituna se presenta con buenas expectativas, aunque dependemos del cielo»

Felipe Núñez de Prado

Felipe Núñez de Prado, director gerente de la Almazara Santa Lucía de la Familia Núñez de Prado, nos adelanta cómo se perfila la nueva campaña de recogida de aceituna. Tras un verano incierto por las altas temperaturas, la almazara se prepara para una cosecha que, si bien se prevé algo menor que la del año pasado, promete un aceite de excelente calidad. En esta entrevista, también nos ofrece un recorrido por la historia de la almazara y la importancia de mantener vivo el legado familiar.

En las instalaciones de la histórica Almazara Santa Lucía Núñez de Prado, nos reunimos con Felipe Núñez de Prado para hablar de la campaña de recogida de aceituna, que ya está a la vuelta de la esquina. En esta ocasión, la conversación no solo se centra en las expectativas de la cosecha, sino también en la rica historia que rodea a esta emblemática fábrica..

La campaña de recogida de aceituna comienza el próximo 3 de noviembre, fecha en la que se dará inicio a un proceso que durará hasta finales de diciembre, con la posibilidad de extenderse hasta enero. Aunque la previsión es que la producción sea ligeramente inferior a la del año pasado, Felipe señala que el clima es crucial para definir los rendimientos finales: «El agricultor siempre está mirando al cielo, y, aunque los días de lluvia pueden retrasar el proceso, son bienvenidos porque mejoran la calidad del aceite.»

Un aceite único, base de la dieta mediterránea

En este sentido, Felipe explica que, a pesar de que la aceituna inicial será de menor rendimiento, «el aceite será excepcional», ideal para los cupos que se elaborarán durante el resto de la campaña. Además, recalca la importancia de promover el aceite de oliva como «la mejor grasa vegetal y la más cardiosaludable», destacando que muchos de los visitantes internacionales que pasan por la almazara desconocen aún sus beneficios.

Un paseo por la historia de la fábrica

La visita a la almazara no solo permite conocer el proceso de producción del aceite, sino que también ofrece un viaje al pasado. Nos encontramos frente a una de las bodegas más antiguas, que data de 1795, donde se almacenaban los aceites en enormes tinajas de cerámica. Estas tinajas, hoy en desuso, fueron construidas localmente en los hornos que aún se conservan, lo que las convierte en una de las bodegas más visitadas de la cuenca mediterránea.

Felipe recuerda cómo, en sus primeros años, la fábrica contaba con un molinillo manual movido por un burro, «una imagen completamente diferente a la alta tecnología que empleamos hoy en día». Sin embargo, ese legado sigue vivo y es parte fundamental de la identidad de la familia Núñez de Prado.

La campaña y la previsión de calidad

A nivel de producción, el 2025 se presenta como una campaña «media», similar a la del año pasado, aunque con una posible disminución del 10-15% en la cosecha. La almazara ya ha comenzado a preparar sus instalaciones para la llegada de la aceituna, y, según Felipe, «aunque todavía es pronto para hacer un aforo preciso, la calidad del aceite no está en duda». Los rendimientos iniciales podrían ser algo bajos, pero la calidad es «la carta de presentación» para este 2025.

En cuanto a las perspectivas para los próximos años, la familia Núñez de Prado continúa apostando por la internacionalización del producto, participando en ferias internacionales en ciudades como Nueva York, Tokio, Nuremberg y Los Ángeles. «Vivimos en un mundo global, y aunque la comunicación es más fácil que nunca, nada reemplaza la presencia física en estas ferias, que son fundamentales para fortalecer relaciones comerciales.»

Historia de la Almazara Santa Lucía Núñez de Prado

La Almazara Santa Lucía es un referente en el sector del aceite de oliva. Su nombre rinde homenaje a una hermana del fundador, Lucía, quien falleció prematuramente. Desde sus humildes inicios con molinos de piedra y el trabajo manual, la almazara ha evolucionado, incorporando la última tecnología para garantizar un producto de alta calidad. A pesar de los avances, Felipe mantiene viva la tradición familiar, destacando la importancia de la historia y el legado en cada botella de aceite que sale de su fábrica.

«El aceite de oliva no es solo un producto, es parte de nuestra identidad, de nuestra cultura», afirma Felipe. Con cada campaña, la familia Núñez de Prado reafirma su compromiso con la tradición y la innovación, asegurando que el aceite de oliva sigue siendo uno de los pilares fundamentales de la dieta mediterránea.

Felipe concluye la entrevista haciendo una llamada a los consumidores a seguir apoyando el aceite de oliva de calidad, «nuestro oro líquido». La familia Núñez de Prado continúa con su misión de educar a los visitantes sobre las bondades del aceite de oliva, mientras mantiene viva la tradición de una almazara que ha sido testigo de más de 200 años de historia

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