Manuel Piedrahita Toro
Fallece en Madrid a los 91 años el periodista, corresponsal y escritor baenense que dedicó su vida a la palabra, a la actualidad, y al compromiso con la verdad
El periodista baenense Manuel Piedrahíta Toro (Baena, 3 de septiembre de 1934 – Madrid, septiembre de 2025) ha fallecido a los 91 años, dejando tras de sí una trayectoria profesional marcada por el rigor, la vocación internacional y el compromiso inquebrantable con la esencia del periodismo: contar lo que ocurre, cuando ocurre, con honestidad y con profundidad.
Corresponsal de Radio Televisión Española (RTVE) en Bonn, director de los Servicios Informativos de Radio Nacional de España, colaborador habitual del Diario CÓRDOBA, investigador, escritor, crítico gastronómico y defensor incansable del aceite de oliva, Piedrahíta fue muchas cosas, pero siempre periodista con todas las letras.
De Baena al mundo: una vocación temprana
Graduado en 1955 por la Escuela Oficial de Periodismo y licenciado en Derecho por la Universidad Central de Madrid (hoy Complutense), Piedrahíta inició su carrera en el diario Pueblo, dirigido por Emilio Romero, donde ejerció como redactor jefe adjunto. Su olfato y talento lo llevaron a ser enviado especial en Londres entre 1962 y 1963.
Allí se convirtió en uno de los primeros periodistas españoles en formarse en la Agencia Reuters, gracias a la primera beca March otorgada para ese fin. Permaneció en la capital británica como corresponsal de Europa Press hasta 1967. Luego fue fichado por el entonces influyente Nuevo Diario, donde ejerció como jefe de la Sección de Extranjero y comentarista internacional hasta el cierre del periódico en 1974.
La historia desde primera línea
Su perfil riguroso y su conocimiento del contexto europeo lo convirtieron en pieza clave de la información internacional durante los años decisivos de la Guerra Fría. Entre finales de 1974 y 1981, fue corresponsal de RNE en Bonn, capital de la República Federal Alemana, desde donde cubrió los principales eventos políticos y diplomáticos del periodo.
En febrero de 1981, tras su regreso a España, fue nombrado director de los Servicios Informativos de Radio Nacional de España, cargo que ocupó durante diez meses, hasta volver a Alemania. De 1981 a 1987, ejerció como corresponsal de TVE en Bonn, siendo testigo directo de una Europa en plena transformación. En 1989, fue nombrado adjunto a la dirección de los Servicios Informativos de Televisión Española, reforzando así su influencia en la televisión pública.
Escritor y pensador del periodismo
Más allá del reporterismo, Piedrahíta fue también un pensador del oficio. Su obra más influyente, El periodismo: carrera universitaria (1972), resultado de su segunda beca de la Fundación Juan March, se convirtió en una referencia académica. El prólogo fue escrito por Luis María Ansón, y el texto abogaba por una formación universitaria sólida para periodistas, algo no consolidado aún en España en esa época.
En los años siguientes publicó ensayos como Teleperiodismo: ante el reto de la televisión privada (1987), El rapto de la televisión pública (1994), Periodismo impreso, audiovisual y electrónico del siglo XXI (1998) y TVE en la encrucijada (2010), donde analizó con lucidez los desafíos de los medios en contextos de cambio.
Crítico gastronómico, defensor del aceite y divulgador cultural
Instalado en sus últimos años entre Madrid y su querida Baena, Piedrahíta también destacó por su labor como crítico gastronómico y por su enorme compromiso con la difusión de la cultura del aceite de oliva, del que fue un verdadero embajador.
Fue presidente de la Federación Andaluza de Cofradías Vínicas y Gastronómicas (FECOAN) y presidente de la Cofradía Amigos del Olivo en Baena. Escribió obras como Tierra de olivos (1994), Aceite de oliva y literatura (2004) y El espíritu del olivo (2014), donde mezcla historia, leyenda y tradición para celebrar al árbol sagrado del Mediterráneo y además “El Desarme Imposible”, Los Alemanes de la nueva Alemania, El Periodismo, carrera universitaria o el ultimo, “Mi memoria frente a la desmemoria”
El Casino de Baena fue el escenario elegido para presentar su último libro, un acto cargado de emoción y memoria que el periódico digital Cancionero recogió en una crónica que refleja el vínculo indestructible entre Piedrahíta y su tierra natal.
Su mirada clara: la ética como brújula
En una entrevista concedida a la revista cultural Tambriz, Piedrahíta dejó una frase que resume su forma de ver el mundo:
“Un periodista debe hacer voto de castidad política en una redacción, nada de presiones, ser objetivo”.
Esa declaración, hecha con serenidad, pero con firmeza, encapsula su legado. Siempre creyó que el periodista debe ser un intermediario fiel entre los hechos y la ciudadanía, sin servidumbres, sin maquillajes, sin perder la esencia. Como decía Santa Teresa, a quien solía citar: «Nada te turbe, nada te espante». Una frase que también define su temple.
Una vida dedicada a contar y comprender
A lo largo de más de seis décadas, Manuel Piedrahíta Toro supo vivir la historia en primera línea, contarla con respeto y analizarla con una inteligencia serena. Fue un profesional íntegro, un observador incansable y un humanista que defendió siempre el valor de la cultura, la educación, la ética periodística y el amor por las raíces.
Su nombre queda inscrito, no solo en los archivos del periodismo español, sino también en la memoria viva de Baena, donde tantas veces regresó para reencontrarse con su infancia, con su gente, con sus olivos.
Hoy, Baena despide a uno de sus hijos más ilustres. España pierde a un periodista imprescindible. Y el periodismo, a una de sus voces más claras.
Descanse en paz
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