El Punto Violeta de la Feria Real de Baena acompaña, escucha y previene, “hasta ahora no hemos tenido incidencias destacables”

Chicas reciben información en el Punto Violeta de Baena

El Punto Violeta instalado en la Feria Real de Baena ofrece acompañamiento, información y atención ante cualquier situación de acoso o violencia de género. Una de las técnicas especializadas, Laura González Vázquez, destaca la buena acogida entre las jóvenes y confirma que, hasta el momento, no se han registrado incidentes relevantes durante el desarrollo de las fiestas.

En plena ebullición festiva de la Feria Real de Baena, entre casetas, música y tradición, hay un espacio que pone el foco en la prevención, la escucha y el acompañamiento: el Punto Violeta, un lugar seguro para quienes necesiten ayuda ante situaciones de acoso, maltrato o vulnerabilidad.

Laura González Vázquez, una de las responsables del punto y directora de la empresa Educolandia, especializada en coeducación y atención a mujeres en situación de violencia, asegura que el trabajo que se está realizando es esencial, “este punto es para que si durante esta feria, o antes de ella, alguien ha sufrido cualquier tipo de abuso, maltrato o se ha sentido vulnerada, pueda acercarse y hablar con nosotras. Tenemos acceso a todos los recursos necesarios: teléfonos de policía, coordinación con el centro de salud, y estamos aquí para actuar de inmediato si hace falta”.

Aunque algunas chicas se han acercado para solicitar información, hasta el momento no se han producido incidencias. Ayer sí tuvimos una chica que pasó por aquí un poco rara. La sentamos, le dimos agua y algo de comer. Pero en cuanto a incidentes que requieran intervención urgente, hasta ahora no hemos tenido ninguno”.

El color violeta preside este espacio, símbolo histórico del movimiento feminista. Laura lo recuerda y habla de una forma muy pedagogía, “el morado representa, por desgracia, la muerte de muchas mujeres. Es el color de nuestra lucha, desde aquella fábrica que se quemó con mujeres dentro. Por eso este punto tiene ese color. Para no olvidar, y para seguir protegiendo”.

 

Un punto de confianza para jóvenes y adultas

El Punto Violeta no solo atiende situaciones de emergencia, también funciona como lugar de información y diálogo. “Las chicas vienen preguntando por un abanico, pero eso nos da pie a explicar para qué estamos aquí”, comenta

“Algunas chicas se abren, nos cuentan cosas que les han pasado. Una nos decía: ‘Se lo he dicho ya seis veces que no, pero no lo quiere escuchar’. El ‘no’ aún cuesta que se respete. Y eso es algo que debemos seguir trabajando desde la educación y la empatía”, señala.

Hay también testimonios más duros: mujeres adultas que se acercan para hablar de maltrato físico, verbal o psicológico sufrido por sus parejas.

“Cuando alguien se acerca con un problema, lo primero que hacemos es escuchar, dejar que se exprese. Muchas veces lo que necesitan es eso: poder hablar. Luego, si hace falta, activamos los recursos necesarios, ya sea policía, salud o atención psicológica”, detalla.

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