Celebrada la fiesta infantil incluida en los actos en honor de la patrona de Baena

Marta Cruz, integrante del grupo joven y miembro de la Escolanía de los Niños, nos ofrece una perspectiva fresca sobre cómo los más pequeños viven la novena, a través de actividades divertidas y, sobre todo, con el respaldo de una cofradía que promueve la integración intergeneracional.

Marta Cruz explica con entusiasmo el objetivo de la fiesta infantil, organizada por la cofradía de la Virgen de Guadalupe. Según nos cuenta, la actividad busca que los niños disfruten de un día especial con motivo de los actos en honor de la patrona de Baena, con actividades que incluyen atracciones como castillos inflables, campo de fútbol o actuaciones como la de un mago. Esta celebración no solo ofrece diversión, sino que también mantiene la esencia de la fiesta, permitiendo a los más pequeños acercarse a la tradición de una manera lúdica.

Marta, «formo parte del grupo joven y de la Escolanía desde muy pequeña»

Marta, quien forma parte de la Escolanía de los Niños, destaca la importancia de esta agrupación musical para fomentar la devoción desde edades tempranas. «José Miguel, el hermano mayor, selecciona canciones dedicadas a Dios y la Virgen, y las vamos ensayando hasta los actos litúrgicos», nos cuenta. Para ella, formar parte de la Escolanía es mucho más que un simple acto de canto; es una forma de vivir la fe y de integrar la tradición religiosa en su vida cotidiana.

«Me apunté cuando tenía 11 años, y desde entonces he sido hermana»

En su relato, Marta rememora cómo se unió a la Escolanía a los 11 años, motivada por una profesora y por su propio entorno familiar. «Mi abuela siempre me ha inculcado el amor por la Virgen de Guadalupe», explica con cariño, haciendo referencia a Pupe “la Churrera”, una persona muy conocida en Baena. Para Marta, ser hermana de la cofradía significa tener la oportunidad de vivir «experiencias bonitas», como las peregrinaciones y las actuaciones de Navidad, eventos que la han acercado aún más a la tradición.

«Tenemos niños muy pequeños, desde los 3 años, hasta los mayores»

La Escolanía de los Niños, dirigida por José Miguel García, tiene un carácter inclusivo, con miembros que van desde los 3 años hasta la adolescencia. «Tenemos unos 20 niños, todos muy pequeños, algunos de 3 a 4 años. La verdad es que la Escolanía no solo les enseña a cantar, sino también a sentir la devoción y a integrarse en la cofradía», explica Marta, quien también se encarga de tocar el cajón, participando activamente en las celebraciones.

«Me lo paso muy bien viendo disfrutar a los niños»

En la fiesta infantil, Marta tiene la oportunidad de estar a cargo de los más pequeños, supervisando que se lo pasen bien de manera segura. Con una sonrisa, nos cuenta que disfruta enormemente viendo a los niños jugar y compartir. «Los veo tan felices, montándose en los castillos, jugando al fútbol… me llena de alegría», comenta, reflejando el espíritu de convivencia que caracteriza la fiesta.

La fiesta infantil: un acto de integración intergeneracional

Uno de los aspectos más destacados de la fiesta infantil es la amplia participación tanto de los más jóvenes como de los adultos. «Aquí estamos unos 10 o 15 jóvenes ayudando a organizar y supervisar los juegos. Todos pertenecemos a la cofradía, todos nos identificamos con la medalla», explica Marta. Este acto de colaboración activa fortalece el vínculo entre generaciones y garantiza que la devoción a la Virgen de Guadalupe se mantenga viva, transmitiéndose de unos a otros a través de las actividades y los momentos compartidos.

«Una vez que entras en la cofradía, nunca te arrepientes»

Finalmente, Marta invita a los jóvenes a unirse a la hermandad, destacando que la participación en la cofradía no solo ofrece una forma de acercarse a la tradición, sino también una oportunidad para hacer nuevos amigos y disfrutar de actividades comunitarias. «Una vez dentro, todo es alegría», asegura.

A lo largo de las fiestas, la cofradía de la Virgen de Guadalupe sigue demostrando que las tradiciones no solo se mantienen a través de la devoción, sino también mediante la participación activa de jóvenes como Marta Cruz, quienes se encargan de que las futuras generaciones también se sientan parte de esta gran familia.