Participantes en el acto, Ayuntamiento de Baena y comunidad educativa
La alcaldesa María Jesús Serrano destaca que “la historia del colegio es también la historia de Baena”
El Teatro Liceo de Baena acogió un emotivo acto institucional que pasará a la historia del municipio: la entrega de la Medalla de la Ciudad al Colegio Espíritu Santo, en reconocimiento a su 250 aniversario y a la trayectoria de la Congregación de las Hijas del Patrocinio de María, presente de forma ininterrumpida en Baena desde hace dos siglos y medio.
La alcaldesa de Baena, María Jesús Serrano, fue la encargada de cerrar el acto, con un discurso cargado de sentimiento, memoria histórica y proyección de futuro: “hoy celebramos siglo y medio de vida de una institución que ha dejado una huella profunda en la formación, en los valores y en el desarrollo humano de generaciones enteras de baenenses”.
La regidora quiso subrayar el carácter transformador del colegio, destacando su papel durante épocas difíciles: “la casa fue, desde su fundación, un faro de esperanza. Abrió sus puertas sin distinciones, enseñando no solo contenidos académicos, sino valores como la solidaridad, la convivencia, la fe y el respeto”.
Serrano manifestó que la medalla entregada es mucho más que un reconocimiento instituciona, “es el agradecimiento de un pueblo entero que sabe que sin la labor silenciosa y constante de un centro como este, nuestra sociedad no sería la misma. Ustedes ya estaban en el corazón de Baena desde hace mucho tiempo”.
Finalizó con un mensaje claro de compromiso con el futuro, “hoy no solo premiamos el pasado, sino que renovamos un compromiso colectivo: el de seguir construyendo una ciudad más justa, más solidaria y más formada. La educación lo es todo. Enhorabuena, Baena está con vosotros”.
El valor de una trayectoria que ha educado generaciones
Durante el acto, se rindió homenaje a la entrega, constancia y vocación educativa del colegio y de las Hijas del Patrocinio de María, una congregación que ha sido parte esencial del tejido social y espiritual de Baena.
Sor Isabel Flores, directora titular durante los últimos 18 años, fue la encargada de recoger la Medalla en nombre de toda la congregación y en declaraciones a Cancionero dijo que “no recojo esta medalla a título personal, la recibo por todas las hermanas que han pasado por aquí, que han dejado su vida en la educación, en el internado, en la formación de miles de personas”.
La hermana, que se despide de Baena para asumir un nuevo destino, expresó su agradecimiento con palabras cercanas: “he cumplido la mayoría de edad aquí, 18 años. Me voy, pero se me escapa decir que soy de Baena. Porque lo siento así”.
Por su parte, Sor Antonia García Navarro, nueva directora titular del colegio, quien ya estuvo vinculada a la institución durante más de 15 años, señaló que “he vuelto a casa, aunque parezca que fue ayer, han pasado muchos años, pero Baena siempre ha sido parte de mí”.
Sor Antonia regresa con ilusión y responsabilidad, “la congregación ha visto conveniente que vuelva, y estoy feliz. Con ganas de aportar lo mejor de mí en esta nueva etapa”.
“Una congregación que ha sabido adaptarse a los tiempos”
El párroco Juan Laguna Navarro, también presente en el acto, quiso destacar la dimensión espiritual y comunitaria del colegio: “desde mi llegada, he estado en contacto directo con la comunidad religiosa. Celebramos la Eucaristía cada domingo, y también en el colegio hemos podido impulsar la pastoral y acompañar a los alumnos en su dimensión espiritual”.
Laguna valoró especialmente la capacidad de la congregación para adaptarse a los tiempos sin perder su esencia: “somos un colegio religioso, y eso es precisamente lo que nos hace únicos. Adaptarse sí, pero sin perder lo que nos hace ser lo que somos. Eso es lo que estamos celebrando hoy: una identidad que perdura”.
Una medalla más que merecida
Carlos Rodríguez, exrepresentante del AMPA, profesor ya jubilado, y muy vinculado al centro, en declaraciones a Cancionero, puso en valor su relación personal con el colegio, “mi mujer trabajó allí casi 50 años, mis hijos se formaron allí, y yo tuve el privilegio de participar activamente en la vida del centro a través del AMPA. Es una institución que ha estado siempre presente en nuestra familia”.
Destacó, además, la labor cultural y social impulsada desde el centro: “desde que entré, trabajamos por abrir nuevas actividades, dinamizar la participación de las familias, y reforzar el papel del colegio en la vida de la ciudad. La medalla es más que merecida”.
Un acto para la memoria y el futuro
El acto concluyó con una ovación cerrada, aplausos y abrazos, y una fotografía de familia con los asistentes dejando una sensación compartida: el Colegio Espíritu Santo no es solo una institución educativa, es parte del alma de Baena.
Entre emociones, despedidas y bienvenidas, quedó claro que, aunque las personas cambien, la misión permanece, y que el vínculo entre el colegio y la ciudad seguirá firme, como lo ha estado durante 250 años.
Concesión de la Medalla
Recordamos que el Ayuntamiento de Baena, a través de un acuerdo unánime de la Corporación Municipal, aprobaba la concesión de la Medalla de Oro de la Ciudad a la Congregación de las Hijas del Patrocinio de María, en reconocimiento a sus 250 años de presencia y labor ininterrumpida en la localidad.
Esta distinción, que representa el máximo honor institucional que puede otorgar el municipio, se concede como muestra de gratitud por la profunda huella educativa, social y espiritual que la congregación ha dejado en generaciones de baenenses a través del Colegio Espíritu Santo y de su compromiso con la formación integral de las personas, especialmente de mujeres y niñas
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