Ana Ruíz Osuna en su exposición en Luque
La Doctora en Arqueología de la Universidad de Córdoba, Ana Ruíz, reflexiona sobre el papel esencial de la mujer en los rituales funerarios de la antigua Roma, en una conferencia celebrada en Luque dentro del ciclo organizado por Tanatorios de Córdoba.
En una de las dependencias próximas al Ayuntamiento de Luque, la arqueóloga y profesora de Historia del Arte de la Universidad de Córdoba, Ana Ruiz Osuna, ha ofrecido una conferencia tan original como reveladora: el papel de la mujer en el mundo funerario romano. La actividad se enmarca dentro del ciclo impulsado por Tanatorios de Córdoba, que busca acercar la muerte a la ciudadanía desde una perspectiva cultural y antropológica, coincidiendo con las fechas previas a Todos los Santos.
“He sido invitada por Tanatorios de Córdoba, que ha organizado este ciclo de conferencias por varios pueblos de la provincia para acercar la muerte a la ciudadanía, pero desde perspectivas sociales, culturales y artísticas”, ha explicado.
Además de Luque, la experta participa en localidades como Cabra, Montilla y Doña Mencía, en una gira provincial donde reflexiona sobre la muerte como un hecho cotidiano, familiar y profundamente femenino en el mundo antiguo.
Una mirada feminista al más allá
Con motivo del Día Internacional de la Mujer Rural, Ana Ruiz ha querido detenerse especialmente en la presencia de la mujer en el ritual funerario romano, tanto como sujeto recordado como en su rol activo en los cuidados del final de la vida, “hemos hecho una perspectiva del mundo funerario romano desde el papel importante que jugó la mujer, no solo como protagonista, sino también en el ritual funerario. La preparación del difunto, el velatorio en casa, cómo se portaba el luto… todo eso viene de nuestras raíces grecolatinas”.
La investigadora subrayó que, en época romana, como en muchos entornos rurales hasta hace apenas unas décadas, la muerte no ocurría en hospitales ni tanatorios, sino en el seno del hogar, donde eran las mujeres quienes tomaban el mando.
“La muerte se vivía en casa, no había hospitales ni tanatorios. Aunque ya existían empresas de pompas fúnebres, era una cuestión familiar. La mujer era la que velaba, la que cuidaba, la que vestía al difunto”, ha recordado.
Flores, banquetes y tradiciones que aún perduran
Ana Ruiz también ha destacado cómo muchas de las costumbres funerarias romanas se mantienen hoy, siglos después, con un claro hilo conductor, “los romanos ya llevaban flores a sus difuntos, hacían banquetes funerarios… Fíjese, a los nueve días del fallecimiento celebraban un banquete. Hoy seguimos manteniendo la misa de los nueve días. No hemos cambiado tanto”.
La figura femenina, ha explicado, sigue siendo hoy la gran portadora de memoria. Y en eso, nada ha cambiado tanto desde el Imperio Romano, “la mujer ha sido siempre una guardiana de la memoria, todos recordamos a nuestras abuelas, madres, tías, yendo al cementerio a adecentar las tumbas. Eso ya lo hacían las mujeres romanas”.
Para sus investigaciones, Ana Ruiz se apoya especialmente en fuentes materiales, “sobre todo utilizo los epitafios y algunas fuentes escritas, aunque en la época romana estaban escritas por hombres, centradas en la vida pública, y lo doméstico quedaba más oculto, los epitafios nos hablan directamente de esas mujeres”.
Pero el mundo funerario romano también guarda secretos insólitos. Ana Ruiz comentó cómo hechicería, maldiciones y muertes anómalas también formaban parte de ese universo, “en los cementerios se han encontrado placas grabadas, con inscripciones mágicas, que utilizaban hechiceros para conjurar espíritus o lanzar maldiciones. Era parte de la vida (y la muerte) cotidiana”.
También ha señalado cómo la arquitectura funeraria refleja las desigualdades sociales, igual que ocurre hoy, “había grandes monumentos para familias importantes y simples fosas excavadas en la tierra para el resto. Exactamente igual que ocurre en nuestros cementerios actuales”.
Reivindicar la muerte como espacio de vida
Con su tono cercano y su profundo conocimiento, Ana Ruiz ha dado a conocer una reflexión clara: la necesidad de reconciliarnos con la muerte desde lo cotidiano, lo humano y lo cultural:
“La muerte hay que intentar vivirla desde un punto de vista más cercano. Acudir a los cementerios con frecuencia es un homenaje a nuestros antepasados. Nos permite conocer más de la historia de los vivos, a través de los muertos”.
La conferencia será repetida en otras localidades dentro del mismo ciclo, y se complementará en semanas posteriores con nuevas actividades relacionadas con la muerte, el arte y la memoria. Ana Ruiz Osuna, con su trabajo, contribuye a iluminar una parte olvidada de la historia: la del último viaje… guiado por manos de mujer.
Más historias
El Ayuntamiento de Zuheros organiza la ‘Ruta Biodiversidad del Olivar’
Compromisos concretos y compartidos para el futuro de la Comarca del Guadajoz y Campiña Este de Córdoba
Zuheros se queda en el sexto puesto en la votación de la Capital de Escapada Rural 2025, pero se lleva una importante promoción