Las condiciones ambientales que se vienen registrando, con altas temperaturas y baja humedad ambiental está dificultando la actividad de la mosca del olivo, lo que mantiene unos niveles de población muy bajos y generalizado en todas las provincias andaluzas, lo que repercute en una baja incidencia sobre los frutos.
Respecto a los controles fitosanitarios, estos han sido puntuales y realizándose en áreas localizadas donde superaba el umbral de tratamiento. En la campaña 2021 por estas fechas, los tratamientos fitosanitarios eran habituales, tanto aéreos como terrestres en las provincias de Cádiz, Córdoba, Sevilla y Jaén, mientras que este año apenas se están realizando.
En definitiva, la situación en la que nos encontramos no es preocupante, pero desde la RAIF se aconseja continuar con la supervisión del cultivo y la evolución de este insecto, y se recomienda cuantificar las poblaciones de adultos en trampas, así como su incidencia en frutos
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