La Hermandad de las Virtudes homenajea con una placa en memoria a «Encarnita Flores Gálvez» madrina que fue de las Virtudes.

La hermandad de la Virtudes en la casa donde se colocó la placa

Han sido momentos llenos de emoción los que hemos vivido en este Jueves Santo, antes del desfile de las Estaciones visitando los Sagrarios.

Fe, Esperanza y Caridad (Teologales) y Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza (Cardinales).

En el 142 de la Calle Amador de los Ríos, nuestra emblemática «Calle Llana», se ha descubierto un azulejo que dice así: “Hermandad de las Virtudes, casa de Encarnita Flores Gálvez”.

La idea partió de nuestro cuadrillero Rafael Jiménez y su esposa Josefina Palmero y como no, con el apoyo y reconocimiento de todos los hermanos.

Momentos de gozo y homenaje a esta gran mujer que fue Encarnación flores Gálvez. Nombrada madrina de las Virtudes desde que tenía 14 años. Un título que ha llevado con orgullo, sencillez, dedicación y entrega a lo largo del tiempo, desde que la nombraron.

Casa de puertas abiertas, donde todo el que llega, se siente como si estuviese en la suya propia.

Acogida que es latente por todos los miembros de la hermandad.

Encarnita Flores…, así lo ha demostrado a través de su generosidad desmedida. Un cariño inmenso a lo largo de su vida y pasión y entrega por la hermandad.

Ha sido su bisnieto, Francisco Espejo Díez, quien lo ha descubierto y quien ha dicho de ella: “esta es la casa de las Virtudes porque la abuela Encarni las tenía todas ellas”.

Aplausos, lágrimas y satisfacción de tenerla presente y honrar su memoria.

Una Semana Santa especial donde ella, ha estado presente en todos los momentos vividos en nuestra casa. Sobre todo, el Viernes Santo en la comida de hermandad y, tras brindar con el cáliz de vino, símbolo con el que sellamos un pacto de amor fraterno entre todos los hermanos y con la alegría de compartir la vida y un recuerdo eterno hacia su persona.

Manuel Espejo Jurado

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